Marta enseña a los niños en la escuela de Ukhira, un poblado aislado situado en los Andes bolivianos. Allí las condiciones de vida no siempre fueron favorables. Disponían de muy poca agua y no había electricidad ni en la escuela ni en las casas.
Afortunadamente las cosas han ido mejorando. En 2018 Ukhira instaló sistemas de recogida de agua de lluvia y en 2022 paneles solares para obtener electricidad. Hoy en día Marta y los niños disponen de agua corriente directamente del grifo y utilizan la electricidad producida por los paneles solares en la escuela y en sus casas.
Gracias al Programa Cosechando Agua Sembrando Luz del Gobierno de Bolivia, apoyado por FONPLATA y el Banco Europeo de Inversiones, y con fondos procedentes del Instrumento para Inversiones en América Latina (LAIF), más de 1.500 hogares, escuelas y centros de salud de la región disponen de energía limpia y agua corriente.
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