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Europa en un mundo en cambio

En un contexto mundial en continuo cambio, el Banco Europeo de Inversiones se prepara para el año 2025 haciendo especial hincapié en la integración de los mercados, la simplificación de los procesos y el refuerzo de la seguridad y la resiliencia.

Por 16 December 2024
 

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Una de las palabras que resumen el año 2024 es “cambio”.

Cambio en el plano político, con más de 2.000 millones de personas yendo a las urnas en todo el mundo y la profunda transformación de los equilibrios que han regido el orden mundial durante los últimos 80 años que está generando tensiones comerciales, conflictos y guerras.

Cambio también en la economía, con una revolución energética en pleno apogeo y un despliegue acelerado de la inteligencia artificial que suponen nuevos retos para nuestro trabajo y modo de vida. El cambio climático trae consigo fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes y costosos, como estamos comprobando lamentablemente en nuestro país, y la transición verde está entrando en una nueva fase, cada vez más impulsada por la rentabilidad económica y el surgimiento de tecnologías innovadoras. Por su parte, las tecnologías digitales se están integrando de forma acelerada en las estructuras productivas, cambiando la posición competitiva de países y empresas, los entornos de seguridad y el propio funcionamiento de nuestras democracias.

El cambio siempre desorienta a los inversores y genera inquietud en las personas; aquello que dábamos por sentado se ve ahora cuestionado.

Pero la parálisis o la nostalgia no pueden ser la respuesta. Europa tiene que adaptarse y encontrar su lugar en esta nueva realidad; centrarse en las prioridades, reducir la burocracia, reformar y simplificar lo que ya no es adecuado y encontrar formas de apoyar y dar tranquilidad a los ciudadanos y a las empresas, escuchando sus preocupaciones y reforzando las alianzas con nuestros socios para encontrar soluciones.

Eso es precisamente lo que he estado haciendo en 2024. Asumí el cargo de presidenta del Grupo Banco Europeo de Inversiones, una de las instituciones financieras multilaterales más grandes y sólidas del mundo, brazo financiero de la Unión Europea, con un objetivo claro para mi primer año de mandato: escuchar y dialogar.

En estos doce meses, he visitado todas las capitales de los Estados miembros, lo que me ha permitido abordar con los ministros de Economía y Finanzas y los jefes de Gobierno las principales prioridades de Europa, y comprobar sobre el terreno el importante papel de la Unión Europea para aprovechar el potencial de las ideas y convertirlas en proyectos concretos, impulsando así la productividad y la resiliencia de nuestras economías y comunidades.

En Atenas, los bomberos me explicaron cómo la financiación del Grupo BEI para drones de vigilancia está contribuyendo a apagar los incendios antes de que se descontrolen. En Valencia y Dublín, he podido hablar con los beneficiarios de viviendas sociales sobre el cambio que esto ha supuesto para sus vidas. He podido reflexionar con los líderes de la universidad de Nicosia sobre el poder transformador de la educación. En Barcelona, pude comprobar el impacto para la ciudad de nuestras inversiones en infraestructuras de suministro de agua. Y en Ámsterdam, Varsovia y Copenhague, visitar impresionantes laboratorios de empresas innovadoras en tecnologías de salud.

Lo que he visto y oído ha reforzado mi confianza en el futuro de Europa y en nuestra capacidad de afrontar los retos con determinación y unidad. También estoy más convencida que nunca de que tenemos que asegurarnos de que las oportunidades estén distribuidas en todo nuestro continente, del mismo modo que lo está el talento.

La nueva Comisión Europea comienza su andadura y su estrategia se apoyará en los informes recientes de algunos de los líderes de opinión más respetados de Europa, como Mario Draghi y Enrico Letta. El Grupo BEI trabajará en estrecha colaboración con la Comisión y centrará sus inversiones en ocho prioridades fundamentales, respaldadas por nuestros accionistas, los 27 Estados miembros de la UE.

Durante mis visitas a las capitales de la Unión Europea, los dirigentes han expresado su apoyo al Grupo BEI. Nos han pedido que sigamos con lo que tan bien sabemos hacer: contribuir a la inversión, tanto de forma directa como catalizando financiación privada. Nos han pedido que mantengamos el rumbo como Banco del Clima, que invirtamos más en innovación y tecnología, indispensables para nuestra competitividad, en cohesión, vivienda asequible, agricultura y agua, y que apoyemos la industria europea de seguridad y defensa. Todo este trabajo está ya en marcha, con tres objetivos principales en 2025.

En primer lugar, debemos superar la fragmentación. Es hora de integrar plenamente nuestros mercados e introducir incentivos, instrumentos y un marco claro que canalice el capital europeo hacia inversiones productivas. Debemos ayudar a que las ideas, las empresas y las tecnologías nacidas en la Unión Europea puedan crecer y quedarse en Europa.

En segundo lugar, debemos simplificar el funcionamiento de la UE y reducir la carga administrativa que frena la inversión en proyectos que mejoran la calidad de vida de las personas y refuerzan nuestras comunidades.

En tercer lugar, debemos aumentar la inversión para apoyar nuestra seguridad y resiliencia colectivas y acelerar la productividad y el crecimiento de Europa.

Estas tres conclusiones también se reflejan en las prioridades de la nueva Comisión y cuentan con el respaldo de los Estados miembros. Serán la brújula que guíe la labor del Grupo BEI, para que las políticas y la financiación vayan de la mano.

Europa se encuentra en una encrucijada y las decisiones que tomemos ahora determinarán nuestra voz en este nuevo orden internacional. Tenemos buenos motivos para mirar hacia delante con optimismo. Las democracias son sólidas cuando las sociedades mantienen la confianza en sus fortalezas. Los extremismos, por el contrario, se alimentan de pesimismo y división.

A pesar de los vientos en contra, no hay razón para dudar de la capacidad de Europa para construir un futuro más seguro, próspero y sostenible para sus ciudadanos. Y el Grupo BEI jugará su papel estratégico en la acción colectiva, ayudando a crear más y mejores oportunidades para las generaciones futuras.