Las decisiones y acciones individuales pueden marcar la diferencia
La segunda parte de la encuesta, realizada en colaboración con la empresa de investigación de mercado BVA, concluye que aunque la mayoría de los encuestados están más preocupados por la COVID-19 que por el cambio climático, siguen creyendo que sus elecciones y acciones pueden contribuir a la lucha contra el cambio climático: el 72 % de los ciudadanos europeos y estadounidenses, y el 84 % de los ciudadanos chinos creen que su comportamiento puede marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático.
«Tras la COVID-19, tendremos la oportunidad de dar un salto cualitativo en la lucha contra el cambio climático. Una recuperación ecológica podría ayudarnos a acelerar la importante reducción de gases de efecto invernadero que necesitamos de aquí a 2030.
Los ciudadanos de todo el mundo son conscientes de que su comportamiento individual puede suponer una diferencia. Como banco climático de la UE, la función del BEI es acelerar esta transición verde mediante la financiación de energías limpias, soluciones de movilidad sostenibles e innovaciones que permitan a los ciudadanos cambiar sus hábitos para luchar contra el cambio climático».
Vicepresidente Ambroise Fayolle
Viajes en avión, carne y vídeos en streaming: son a lo que la gente está dispuesta a renunciar
Independientemente de dónde vivan, los encuestados opinan que sería más fácil renunciar a viajar en avión para luchar contra el cambio climático (un 40 % para los encuestados europeos, un 38 % para los estadounidenses y un 43 % para los chinos). El porcentaje es aún más elevado en Polonia (46 %), la República Checa (48 %), Hungría (48 %), Eslovaquia (48 %) y Croacia (51 %)..
Respecto a lo que les sería más fácil renunciar para luchar contra el cambio climático, para el 18 % de los europeos serían los vídeos en streaming, para el 16 % sería la carne, para el 15 % sería la compra de ropa nueva, mientras que para el 11 % sería renunciar a usar su propio coche. En Europa, se observa mayor tendencia en las mujeres (20 %) que en los hombres (10 %) a afirmar que la carne sería la opción más fácil.
Sin embargo, cuando se plantea la pregunta opuesta, el 39 % de los europeos y el 38 % de los estadounidenses dicen que renunciar a su coche sería la opción más difícil. Las personas que viven en zonas rurales (51 %) responden que renunciar a su coche sería la opción más difícil, así como los encuestados de Italia (46 %), Eslovenia (46 %), Malta (49 %) y Luxemburgo (52 %).
Los planes de viaje futuros se verán afectados por la pandemia y los problemas climáticos
La preocupación por la salud también es transversal: cuando se preguntó por la utilización del transporte público en tiempos de pandemia de COVID-19, el 75 % de los estadounidenses, el 71 % de los chinos y el 67 % de los europeos afirmaron estar menos dispuestos a usar el transporte público porque temen las consecuencias que puede tener para su salud la pandemia de COVID-19. Esta cifra es especialmente elevada en Italia (77 %), Rumanía (78 %), Portugal (80 %) y Malta (83 %).
No obstante, una vez que se levanten las restricciones de viaje relacionadas con la COVID-19, el 37 % de los chinos, el 22 % de los europeos y el 22 % de los estadounidenses dicen que evitarán viajar en avión debido a su preocupación en relación con el cambio climático. El 42 % de los ciudadanos europeos afirma que elegiría su propio país o un país cercano para ir de vacaciones para minimizar las emisiones de carbono. El 29 % de los europeos (frente al 29 % de los ciudadanos chinos y el 35 % de los estadounidenses) dice que volverá a viajar en avión como lo hacía antes de la pandemia.
¿Pueden influir los comportamientos individuales en la lucha contra el cambio climático?
La mayoría de los encuestados en China, Estados Unidos y Europa dice que le preocupa más contagiarse de COVID-19 que el cambio climático.
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Pero las personas siguen creyendo que sus elecciones y acciones pueden ayudar en la lucha contra el cambio climático. El 72 % de los ciudadanos europeos cree que su comportamiento puede marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático. Esta convicción es compartida por el 72 % de los encuestados estadounidenses y el 84 % de los chinos. Respecto a 2019, el número de personas que responden afirmativamente a esta pregunta ha aumentado de forma generalizada, con un incremento de tres puntos en la UE, siete puntos en Estados Unidos y 12 puntos en China.
Los encuestados más jóvenes tienen mayor tendencia a creer que su comportamiento puede marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático, comparados con los encuestados de más edad en Europa y en Estados Unidos, divergencia que no se da en China. La encuesta muestra que en la Unión Europea el 77 % de los encuestados de entre 15 y 29 años cree que su comportamiento puede suponer una diferencia, frente a los encuestados de 65 años o más, que se quedan en el 64 %. En los Estados Unidos, estas cifras son del 75 % y el 56 % respectivamente.
Examen de los resultados de los siguientes países
El 40 % de los encuestados franceses afirma que dejar de viajar en avión es lo que le resultaría más fácil para hacer frente a la crisis climática
A los franceses les parece más fácil dejar de viajar en avión que renunciar a comer carne, comprar ropa nueva, utilizar el coche propio o los servicios de las plataformas de vídeo en streaming. El 40 % dice que dejar de viajar en avión sería lo más fácil, mientras que el 41 % considera que renunciar al coche sería la opción más difícil.
Sin embargo, no está claro hasta qué punto los franceses están realmente dispuestos a asumir su parte para evitar una catástrofe climática. En general, solo el 12% de los franceses encuestados afirma estar haciendo cambios radicales en su estilo de vida para luchar contra el cambio climático. Este dato los sitúa siete puntos por debajo de la media europea (19 %). Los padres de niños menores de 18 años (17 %) y los habitantes de zonas urbanas (17%) están especialmente representados en este grupo.
Una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la COVID-19, el 32 % dice que evitará viajar en avión por las consecuencias que tiene sobre el cambio climático, y el 42 % dice que pasará las vacaciones en Francia o en un país vecino para minimizar las emisiones de carbono. El 24 % de los franceses dice que volverá a viajar en avión como lo hacía antes de la pandemia.
El 39 % de los alemanes encuestados afirma que dejar de viajar en avión es lo que le resultaría más fácil para hacer frente a la crisis climática
A los alemanes le resultaría más fácil dejar de viajar en avión que dejar de usar servicios de vídeo en streaming, comprar ropa nueva, comer carne o tener un coche. El 39 % dice que dejar de viajar en avión sería lo más fácil, mientras que el 38 % considera que renunciar al coche sería la opción más difícil.
Solo el 15 % de los alemanes encuestados afirma estar haciendo cambios radicales en su estilo de vida para luchar contra el cambio climático. Este dato los sitúa cuatro puntos por debajo de la media europea (19 %). Los jóvenes de 15 a 29 años (24 %) y las personas que tienen la impresión de que el cambio climático tiene un fuerte impacto en su vida cotidiana (39 %) están especialmente representados en este grupo.
Una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la COVID-19, el 19 % dice que evitará viajar en avión por las consecuencias que tiene sobre el cambio climático, y el 38 % dice que pasará las vacaciones en Alemania o en un país vecino para minimizar las emisiones de carbono. El 31 % de los alemanes dice que volverá a viajar en avión como lo hacía antes de la pandemia.
El 38 % de los italianos afirma que dejar de viajar en avión es lo que le resultaría más fácil para hacer frente a la crisis climática
A los italianos les parece más fácil dejar de viajar en avión que renunciar a comer carne, comprar ropa nueva, utilizar el coche propio o los servicios de las plataformas de vídeo en streaming. El 38 % dice que dejar de viajar en avión sería lo más fácil, mientras que el 46% considera que renunciar a su coche sería la opción más difícil.
En general, el 34 % de los italianos afirma estar haciendo cambios radicales en su estilo de vida para luchar contra el cambio climático. Este dato los sitúa quince puntos por encima de la media europea (19 %). Los padres de niños menores de 18 años (39 %) y los habitantes de zonas urbanas (25 %) están especialmente representados en este grupo.
Una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la COVID-19, el 33 % dice que evitará viajar en avión por las consecuencias que tiene sobre el cambio climático, y el 43 % dice que pasará las vacaciones en Italia o en un país vecino para minimizar las emisiones de carbono. Solo el 12 % de los italianos dice que volverá a viajar en avión como lo hacía antes de la pandemia.
El 42% de los neerlandeses afirma que dejar de viajar en avión es lo que le resultaría más fácil para hacer frente a la crisis climática
A los neerlandeses les parece más fácil dejar de viajar en avión que renunciar a comer carne, comprar ropa nueva, utilizar el coche propio o los servicios de las plataformas de vídeo en streaming. El 42 % declara que dejar de viajar en avión sería lo más fácil, mientras que el 40 % considera que renunciar a su coche sería la opción más difícil.
En conjunto, solo el 9 % de los neerlandeses dice que está haciendo cambios radicales en su estilo de vida para reducir su contribución al cambio climático, lo que los sitúa diez puntos por debajo de la media europea (19 %). Los jóvenes de 15 a 29 años (77 %) son el grupo más representado a la hora de hacer esfuerzos para hacer frente al cambio climático.
Una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la COVID-19, el 22 % afirma que evitará viajar en avión por las consecuencias que tiene sobre el cambio climático, y el 30 % dice que pasará las vacaciones en los Países Bajos o en un país vecino para minimizar las emisiones de carbono. El 36 % de los encuestados neerlandeses afirma que volverá a viajar en avión como lo hacía antes de la pandemia, lo que los sitúa cinco puntos por encima de la media europea.
El 46 % de los polacos afirma que dejar de viajar en avión es lo que le resultaría más fácil para hacer frente a la crisis climática
A los polacos les parece más fácil dejar de viajar en avión que renunciar a comer carne, comprar ropa nueva, utilizar el coche propio o los servicios de las plataformas de vídeo en streaming. El 46% dice que dejar de viajar en avión sería lo más fácil, mientras que el 41 % considera que renunciar a su coche sería la opción más difícil. Renunciar a comer carne sería la segunda opción más difícil (29 %).
Los ciudadanos polacos se sitúan a la cabeza en la lucha contra el cambio climático, ya que el 75 % cree que tiene un impacto en su vida cotidiana y que sus acciones individuales pueden marcar la diferencia. Además, el 26 % de los encuestados, en su mayoría mujeres, padres y adultos con edades comprendidas entre 50 y 64 años, declara que está haciendo cambios radicales en su estilo de vida para reducir su contribución al cambio climático. Este dato los sitúa siete puntos por encima de la media europea (19 %).
Una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la COVID-19, el 48 % de los polacos dice que evitará viajar en avión por las consecuencias que tiene sobre el cambio climático, y el 53 % dice que pasará las vacaciones en Polonia o en un país vecino para minimizar las emisiones de carbono. El 19 % de los polacos dice que volverá a viajar en avión como lo hacía antes de la pandemia.
El 42 % de los polacos afirma que dejar de viajar en avión es lo que le resultaría más fácil para hacer frente a la crisis climática
A los españoles les parece más fácil dejar de viajar en avión que renunciar a comer carne, comprar ropa nueva, tener coche propio o utilizar los servicios de plataformas de vídeo en streaming. El 42 % dice que dejar de viajar en avión sería lo más fácil, mientras que el 33 % considera que renunciar al coche sería la opción más difícil.
En conjunto, el 24 % de los españoles encuestados afirma estar haciendo cambios radicales en su estilo de vida para luchar contra el cambio climático. Este dato los sitúa cinco puntos por encima de la media europea (19 %). Los padres de niños menores de 18 años (27 %) y los residentes en la comunidad autónoma de Extremadura (35 %) están especialmente representados en este grupo.
Una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la COVID-19, el 35 % dice que evitará viajar en avión por las consecuencias que tiene sobre el cambio climático y el 46 % dice que pasará las vacaciones en España o en un país vecino para minimizar las emisiones de carbono. El 34 % de los españoles dice que volverá a viajar en avión como lo hacía antes de la pandemia.
La tercera edición de la encuesta del BEI sobre el clima pone de relieve la percepción que tienen del cambio climático los ciudadanos de la Unión Europea, los Estados Unidos y China.
Podcast: Escuche a los expertos
¿A qué estaría dispuesto a renunciar para combatir la crisis climática? ¿A viajar en avión a un destino exótico? ¿A comer carne roja? ¿A utilizar el coche? La encuesta del BEI sobre el clima entrevistó a 30 000 personas procedentes de todos los países de la UE, de China, de Estados Unidos y del Reino Unido para averiguar a qué estarían dispuestas para luchar contra el cambio climático, e incluso si les preocupaba la crisis climática ahora que la COVID-19 representa una amenaza. A continuación, hablamos con expertos de Sciences Po y BVA y con especialistas del BEI sobre el clima para comprender qué supone todo esto para el futuro de nuestro planeta.
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Thomas Froimovici
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+352 691284262
1La producción mundial de carne genera gases de efecto invernadero equivalentes a los producidos por todos los automóviles y camiones juntos. Se han talado también millones de kilómetros cuadrados de bosques –que desempeñan un papel clave como «sumideros de carbono»– para dedicarlos al pasto. (Schiermeier Q. Comer menos carne: El informe de la ONU sobre el cambio climático pide que se cambie la alimentación humana. Nature. Agosto de 2019; 572(7769):291-292. doi: https://doi.org/10.1038/d41586-019-02409-7)
2La producción textil es una de las industrias más contaminantes. Genera más emisiones de equivalente de CO2 que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos. Una gran parte de la fabricación de prendas de vestir se realiza en China y la India, donde la producción depende principalmente de centrales eléctricas alimentadas con carbón. (El precio de la moda rápida. Nature Clim Change 8, 1 (2018). https://doi.org/10.1038/s41558-017-0058-9)