Con las elecciones al Parlamento Europeo a la vuelta de la esquina, muchos se preguntarán qué ha hecho la Unión Europea por nosotros desde las pasadas elecciones en 2019. A continuación, los puntos más destacados.

Este mes, cientos de millones de votantes acudirán a las urnas para elegir a los miembros del Parlamento Europeo, y muchos se preguntarán qué ha hecho la Unión Europea por ellos desde las pasadas elecciones, en 2019.

Que 27 países decidan poner en común su soberanía y crear una unión económica, social y política basada en valores compartidos como la paz, la justicia, el respeto y la solidaridad no tiene precedentes en la historia mundial. Es un triunfo que no debemos dar por sentado, especialmente cuando la libertad de elegir un Gobierno entre un amplio abanico de candidatos y partidos es solo un sueño, un anhelo para muchos ciudadanos en todo el mundo.

El actual contexto geopolítico está poniendo a prueba el orden mundial establecido tras la Segunda Guerra Mundial, que tan útil nos ha sido en los últimos 80 años. Sin embargo, los principales retos a los que nos enfrentamos —ya sean en materia de seguridad, salud, digitalización o cambio climático— siguen siendo globales, y las soluciones pasan por la cooperación. La propia experiencia europea demuestra que juntos somos más fuertes y que guiados por tres principios, la unidad, la determinación y la solidaridad, podemos hacer frente a los retos que se nos pongan por delante.

Nuestra experiencia compartida desde las pasadas elecciones europeas pone de manifiesto el valor que la Unión Europea aporta a nuestra vida cotidiana. Cuando estalló la pandemia, todos los europeos tuvieron acceso a vacunas que salvaron millones de vidas, y los recursos económicos y financieros puestos en común protegieron la economía europea e impulsaron la recuperación.

El Banco Central Europeo proporcionó liquidez para proteger nuestros sistemas financieros; la Comisión Europea proporcionó apoyo a los Estados para financiar los expedientes de regulación temporal del empleo, preservando puestos de trabajo en toda la Unión Europea; el Fondo de Garantía del Banco Europeo de Inversiones complementó los sistemas nacionales para apoyar a las pequeñas y medianas empresas y al ecosistema empresarial en general; y los fondos Next Generation están permitiendo poner en marcha las reformas y las inversiones necesarias para lograr una recuperación sólida e impulsar la doble transición verde y digital.

Un ejemplo de éxito

En definitiva, la Unión Europea es un claro ejemplo de éxito.

No solo nos ha traído prosperidad, paz, estabilidad y progreso social, sino que además ejerce una influencia positiva en todo el mundo. Como principal fuente de ayuda humanitaria y financiación del desarrollo y fuerte apoyo de las instituciones multilaterales, la Unión Europea contribuye de forma significativa a la estabilidad financiera mundial y proporciona un apoyo indispensable a los países más vulnerables del mundo.

El papel decisivo que el Grupo BEI ha desempeñado en el logro de estos éxitos es para mí un gran motivo de orgullo. Con un capital desembolsado de 22 000 millones de euros, hemos podido movilizar más de 5 billones de euros en inversiones. Esta financiación se ha destinado a infraestructuras de transporte y energía de primer nivel, hospitales, escuelas, pequeñas y medianas empresas en toda la Unión Europea, tecnologías sumamente innovadoras y muchas empresas emergentes que han crecido rápidamente, contribuyendo a la doble transición verde y digital, y reforzando además nuestra autonomía estratégica y nuestra seguridad.

Por mencionar algunos ejemplos recientes, el Grupo BEI ha respaldado el desarrollo de vacunas en la Unión Europea con un préstamo a BioNTech, la empresa que proporcionó la revolucionaria tecnología ARN mensajero (ARNm) en el punto álgido de la pandemia. También estamos financiando la fábrica de paneles solares más grande de Europa en Italia, la primera gigafactoría de producción circular de baterías en Suecia y grandes parques eólicos marinos en las regiones bálticas y nórdicas. Asimismo, hemos invertido en una innovadora planta de fabricación de chips en Francia, iniciativas de descarbonización de la industria pesada en Alemania, la modernización de la red de transporte de electricidad en Polonia y nuevos proyectos e infraestructuras de hidrógeno verde en la península ibérica, consolidando España como el país de las renovables.

Inversión acelerada

Desde su creación en 1958, el Grupo BEI ha financiado las políticas de la Unión Europea y ha evolucionado para atender las necesidades europeas. Estoy convencida de que actualmente estamos invirtiendo en las tecnologías que sentarán las bases de una economía eficiente de cero emisiones netas y que serán indispensables para acelerar la digitalización y la innovación.

También estamos determinados a apoyar la agricultura europea, ayudar a nuestras industrias a aprovechar las oportunidades de la nueva economía verde y digital, reforzar la competitividad y la autonomía estratégica de Europa y afrontar desafíos como los elevados costes de la vivienda (un asunto que preocupa a los ciudadanos de la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea). Dada la trayectoria del Grupo BEI, estoy convencida de que también desempeñaremos un papel fundamental en la próxima fase de la ampliación de la Unión Europea y para reforzar la voz de Europa en el mundo.

Confianza y solidaridad

Los cinco años turbulentos que hemos vivido desde los últimos comicios europeos demuestran que hace falta más Europa, no menos. Necesitamos a la UE para preservar nuestra seguridad, estabilidad y prosperidad. En un momento en el que los populistas prometen soluciones fáciles y reclaman menos solidaridad, debemos recordar lo que la Unión Europea hace por nosotros cada día.

El orden geopolítico está cambiando, poniendo a prueba los cimientos del éxito europeo. Nuestro voto determinará las prioridades y el papel de la Unión Europea en el mundo, en un momento decisivo en la historia mundial.

Es el momento de dar un voto de confianza a Europa y al principio de solidaridad. Debemos fortalecer las instituciones que durante tanto tiempo han velado por nuestra paz y nuestra prosperidad, y una Unión que sigue siendo un referente y una influencia positiva en el mundo. Defendamos nuestros valores europeos. Centrémonos en lo que realmente importa. ¡Usemos nuestro voto!



Este artículo se publicó por primera vez en Project Syndicate.